Cosas de todos, o de muchos

Típico que cuando estás aprendiendo a patinar y la gente te clava la mirada como esperando algún error que les divierta, una caída, o simplemente luces tan insegur@ que ya es bastante gracioso. Parecemos maniquíes, en posiciones poco naturales, con los brazos adelantados, el cuerpo muy doblado para conservar el equilibrio, la boca abierta que el aire te la seca (nunca olvides llevar agua), pero eso pasa, es muy normal.
Foto tomada de: Google Imágenes.

Tienes una cantidad de equipo encima, casco, rodilleras, todo eso, y de pronto te cruzas con un chamo haciendo saltos o un powerslide (como me pasó a mí) y buscas en qué hueco meter la cabeza como un avestruz, o ves a una chica ejecutando algunas maniobras artísticas y pues te sientes el hazme reír en patines; pero sabes qué... sigue rodando, sigue patinando, cáete, levántate, sóbate y patina, determina cuál fue tu error al caerte, pero no te rindas, todos aprendemos, te lo garantizo.

Caerse patinando será parte de tu rutina, tanto que hasta puedes agarrarle gusto al tener descargas adicionales de adrenalina, pero obvio que tu cuerpo y tus patines lo podrían lamentar. Una de las cosas que me ha llevado más tiempo en dominar es el miedo a la velocidad, a ir tan rápido que no sabes cómo vas a controlar la situación si se presenta algo, y si aparece una piedrita o una ramita en tu camino pues... vas a rodar, pero ¡como un coleto! Poco a poco lo vas a lograr, sólo no dejes de atreverte un poquito cada día. Analiza el terreno en el que quieres patinar, asegúrate de que esté a tu nivel, sin los obstáculos que tanto te preocupan, mira vídeos por internet en específico para cada cosa que deseas desarrollar y lánzate, lo mejor espera por ti.

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