Miedo a patinar y miedo al patinar

De entrada es sencillo: el primero te impide ponerte los patines,

el segundo es señal de que ya los llevas puestos. La aparición de ambos miedos es normal, por distintas causas, la ausencia del primero puede darse, mas no la ausencia del segundo porque al comienzo todo genera temor. (Foto de getadrenalin.ru)

El 'miedo a patinar' generalmente está asociado a la edad y a determinados factores psicológicos. Si invitamos a un niño a aprender a patinar de inmediato responderá que Sí quiere, sin temor. Un niño no capta una situación de peligro con la misma intensidad que lo hace un adulto, puesto que el niño tiene su mente enfocada en la diversión, mientras el adulto saca a flote su arsenal de recuerdos y toma decisiones basadas en ellos. Si tienes un conjunto de malos recuerdos o experiencias, éstos te van a impedir realizar acciones similares. Entonces, una persona por encima de los 40 años no asumirá tan fácil el riesgo de patinar como lo hace un niño de 10, pero no te preocupes, es normal y no quiere decir que por tu edad no puedes aprender. Yo me inicié a los 38 años y ha sido una experiencia extraordinaria.

                                               Foto tomada de zrc.be a través de Google imágenes.

También existen limitantes debidas a factores morfológicos como el sobrepeso u otras referentes a causa médica o algún impedimento por razones de salud. Si esta es la razón de tu miedo a patinar, pues lo mejor es que consultes a tu médico sobre lo prudente de iniciarte en el patinaje y los riesgos que puede correr tu salud. Si se trata de obesidad recuerda que, de por sí, esos kilos de más ya limitan tu capacidad para dominar o controlar tu cuerpo y tus movimientos, por lo que al montarte en unos patines requerirás un buen esfuerzo para mantener el equilibrio y evitar caídas. Si aún con sobrepeso puedes moverte con facilidad, sin caerte por cualquier tropiezo y mantener tu cuerpo flexionado durante cierto tiempo sin cansarte, entonces no tienes mayor limitante: patina. Tal vez te convenga utilizar unos patines de modelo viejo (llamados clásicos o quad) para que tengas más estabilidad y una vez que aprendas, pases a los patines en línea.

Puede ocurrir también que tu 'miedo a patinar' se deba a que no quieres hacerlo sol@, en cuyo caso te recomiendo que contrates los servicios de un instructor calificado o un amigo con experiencia y capaz de enseñarte. Si no puedes disponer de ninguno de los dos, no te queda otra sino buscar información por Internet y, especialmente, ver muchos vídeos por Youtube. Si tienes algún amig@ que también quiera iniciarse, tanto mejor; compartir es una rápida manera de aprender y la sana competencia estimulará el atrevimiento requerido para progresar. No te pongas obstáculos, sólo implementa la seguridad.

El 'miedo a patinar' se supera siempre que no tengas ningún problema psicológico que te impida vencerlo, como la Tacofobia (miedo a la velocidad). Si ya tomaste la decisión de hacerlo ve por tus patines, póntelos y disfruta la actividad.

                                                            Foto tomada de Google imágenes.

Ahora bien, aquí aparece el 'miedo al patinar'. Éste trata básicamente del temor que sentimos a sufrir una lesión, pero todos nos caemos, nos levantamos y continuamos patinando atentos a los correctivos. De hecho, caerte será parte de tu práctica y deberás ejercitarte con las técnicas apropiadas para caer, de forma que limites al máximo toda posibilidad de lesión. El miedo a caerse lo sentimos todos al principio, en especial después de la primera 'mala caída' pero la buena noticia es que eso se asimila muy pronto.

Por otra parte, para controlar tu 'miedo al patinar' debes asegurarte de llevar los implementos de seguridad necesarios: guantines antifracturantes para las manos, coderas, rodilleras y el casco. También puedes añadir el implemento para proteger el coxis. Esto te ayudará a prevenir posibles lesiones que te impidan seguir patinando, de forma que si te caes puedas levantarte con confianza e ir adquiriendo seguridad en tu práctica.

                                                                                Foto tomada de Google imágenes.

Es importante que para controlar tu 'miedo al patinar' observes la mayor cantidad de detalles, sensaciones, que va experimentando tu cuerpo; toda la información que recibes con tus 5 sentidos es de suma importancia, procésala, analízala, interprétala y actúa en consecuencia. Luego, vuelve a observar, mantente siempre observándote.

Cuando te inicies verás algo lejos llegar al nivel en que están otros; ellos comenzaron igual que tú, así que también puedes lograrlo. El ridículo lo hacemos todos comenzando, no tengas miedo por eso, te aseguro que irás mejorando. Sólo practica con constancia y dedicación y en poco tiempo llegarás lejos. En cada práctica ponte objetivos realizables, cosas que con un mínimo de dedicación puedas lograr, improvisa y sobretodo atrévete a más.

Luego está el entorno, el lugar donde patinas. Lanzarte por una cuesta o pequeños desniveles, obviamente, te dará miedo, si no pánico. Para ello, deberás aprender primero a frenar efectivamente empleando distintas técnicas y reducir la velocidad en un descenso, de lo contrario no te arriesgues innecesariamente. Frenar debería ser lo segundo o tercero que aprendas sobre tus patines en movimiento para que tomes gradualmente mayor seguridad, puesto que moverse es fácil, pero no sabemos cómo nos vamos a detener. Aléjate de todo lo que te produzca mucho temor, pero haz lo necesario para vencerlo hasta que tomes el reto de afrontarlo.

Roturas en el piso, vaches, grietas o irregularidades también pueden generarte temor. Primero aprende a moverte y luego podrás dedicarte a los obstáculos; con sólo emplear la posición de 'tijera' y liberar el peso de la punta de tus pies, los pasarás sin problema.

Por último, hay una percepción muy dañina que está basada en la falta de progreso. Si una vez que te iniciaste aprecias que no has progresado, analiza cuáles son los factores que lo han impedido puesto que, de no solventarlos, con toda seguridad terminarás abandonando el patinaje. El progreso, al principio, es impresionante cuando te lo propones y limitas tus miedos, después puede venir una etapa corta de estancamiento, pero en realidad en esa etapa estás adquiriendo, sin darte cuenta, más equilibrio y seguridad, y esta seguridad es el preludio a otra nueva fase de gran avance en la que estarás improvisando con técnicas nuevas y más retos. Los límites los pondrás tú mism@ en función de tu autoconocimiento y los objetivos y la meta que te plantees con el patinaje. Fíjate una meta factible y ponte objetivos de corto plazo que al sumarse te permitan alcanzar esa meta; ¿Cómo quieres patinar en el futuro de acuerdo a tus posibilidades? (la meta) ¿qué pequeñas cosas necesitas hacer para lograrlo? (los objetivos). Con dedicación tal vez tu meta se quede corta y la cambies por una más alta.

Como verás, todos patinamos por un camino muy parecido en el cual experimentamos situaciones y sensaciones similares, mas 'la práctica hace al maestro' y con una buena dosis de voluntad y dedicación lo malo lo convertimos en victoria. Patinar es una práctica anti-envejecimiento, de profilaxis física, mental y hasta espiritual. No te quedes sentad@, no dejes que el miedo te venza, ponte los patines y a rodar.