Materiales y seguridad en los cascos para patinar



Al momento de elegir un buen casco algunas personas, más exigentes, suelen ir más allá del precio, la marca, la finalidad y la apariencia del casco, de forma que se preguntan por los materiales de que están hechos y los estándares de seguridad.
Imagen tomada de aliexpress.com
En relación a los materiales con que se pueden fabricar los cascos encontramos: los termoplásticos, el ABS (acrilonitrilo butadieno estireno), la fibra de vidrio, la fibra de carbono, el kevlar 49 y el tricomposite. Estos son los materiales que tienen por finalidad absorver la energía producida en el impacto y distribuirla en toda la superficie del casco para evitar traumatismos craneales.

Los termoplásticos: sencillamente son plásticos que se pueden deformar y se hacen flexibles a altas temperaturas. Los más conocidos o empleados en los cascos de patinaje son el poliestireno (vulgarmente conocido como anime, también tecnopor o EPS, material muy empleado en manualidades) y el policarbonato. Lo económico de estos materiales, además de su poca fiabilidad, los relegan a la fabricación de cascos de gama baja, con una duración de 5 años, después lo cual pierden sus propiedades de fábrica.

El ABS (acrilonitrilo butadieno estireno): su producción es un poco más compleja que los plásticos comunes y es muy resistente a los impactos. Puede mantener sus propiedades físicas y químicas incluso por debajo de 0º centígrados. Es un buen material para la fabricación de cascos de patinaje, siendo por ello cascos de gama media, de buena calidad y precio moderado.

La fibra de vidrio: está constituida por numerosos hilos muy finos de dióxido de silicio. Es utilizada para reforzar plásticos, con lo que se fabrican cascos de muy buena calidad y resistencia al impacto, con la desventaja de un costo poco más elevado. Son cascos de gama media y que se fracturan con un impacto, por lo que deben ser cambiados al recibir golpes fuertes.

La fibra de carbono: compuesta por miles de filamentos microscópicos de carbono que tienen propiedades mecánicas parecidas a las del acero pero de gran ligereza. Su producción es muy costosa y ello repercute en un incremento notable del precio de los cascos, pero con gran confiabilidad en la absorción de impactos y resistencia a la quebradura. Son cascos de gama alta.

El Kevlar 49: es una poliamida con la que se han desarrollado fibras de gran ligereza y resistencia a la rotura. Suele ser, por mucho, más resistente que el acero. El precio de un casco fabricado con este material es tan caro como uno de fibra de carbono, o incluso más, brindando también seguridad excepcional, siendo por ello cascos de gama alta.

El tricomposite: es un compuesto formado por la mezcla de tres materiales, como son, la fibra de vidrio, la fibra de carbono y el kevlar 49. La mezcla de estas tres fibras dan como resultado un casco de gran resistencia, combinando lo mejor de cada uno de sus tres compuestos y con un precio tan alto como el del kevlar 49.

Ahora bien, otro de los materiales que se emplea en la fabricación de cascos es el corcho. Sabemos que es una corteza natural proveniente del árbol de alcornoque y con el cual se suelen realizar cascos muy ligeros y de gran elasticidad. Sin embargo, las propiedades físico-mecánicas de estos cascos puede que no estén normalizadas ni estandarizadas ya que al ser un elemento natural su composición puede estar afectada por múltiples variables. Todo lo contrario a producir un elemento en laboratorio que puede cumplir con estándares de calidad. El cuidado de estos cascos debe ser más riguroso ya que un mal manejo o fuertes golpes lo van a quebrar internamente pudiendo comprometer la seguridad del patinador. Seguramente son cascos muy económicos, y que cumplen su función protectora, pero los recomiendo sólo para patinaje recreativo, para pasear o aprender. Son cascos de gama baja. 

Un elemento que suele encontrarse en algunos cascos es su fabricación de acuerdo a la tecnología In-mold. Esta tecnología fusiona la parte interna (que absorbe la energía del impacto) y externa (o quebradiza) del casco, es decir, que ambas partes van muy bien soldadas o pegadas de manera tal que forman una sola estructura, a diferencia de los cascos que no tienen esta tecnología.

Por otra parte, está el tema de los estándares de seguridad. Estos son los protocolos de pruebas definidos por las autoridades regionales o internacionales, que deben aprobar los cascos para contar con el aval correspondiente. Si un casco no dispone de ningún aval de seguridad es mejor no comprarlo. Estos avales o certificaciones varían de un país a otro, siendo diferentes las de Unión Europea a las Normas Americanas. Cada país puede tener sus propias normas y un grupo de países también, ello hace que el tema de la normalización sea muy subjetivo, pero es mejor que el producto disponga de una certificación, por insignificante que sea, a que no la tenga. Ejemplos de certificaciones se aprecian en las siguientes siglas:

Entre las internacionales están: ISO, IEC e ITU.
En Suramérica: AMN (Mercosur).
En China: SAC.
En Europa: CE, CEN, y ETSI, entre otras.
En EEUU: ANSI.

Para verificar si el casco dispone de alguna certificación o aval de seguridad sólo debes verificar si en la etiqueta o manual hace alusión expresa a ello, disponiendo de unas siglas como las de arriba y que pueden ir acompañadas de números.

En definitiva, para seleccionar tu casco, ten en cuenta la finalidad. Si te planteas solamente la recreación puedes adquirir un casco de gama baja, que te brindará protección adecuada sin mayores exigencias. Sin embargo, en la medida que te plantees un patinaje más agresivo, aventurado o que requiera mayores niveles protección, entonces debes considerar los cascos de gama media o alta. En los casos del patinaje de velocidad las protecciones suelen estorbar, pues aumentan la resistencia al aire y el peso afectando la velocidad, pero aquí debemos considerar que el cráneo humano puede romperse con una carga de 20 Kg arrojada a una altura de 1 metro, o a una velocidad superior a los 17Km/h (valores no estandarizados), claro está, dependiendo de la zona del impacto, del material con que colisione y otros factores. Por ello, en el patinaje de velocidad, y especialmente en el Downhill, no descuides el hecho de contar con un casco apropiado que te garantice suficiente seguridad.

Que no te patine el coco, utiliza el casco.

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